#UnPatioparaMadrid

Desde que el Patio Maravillas fue desalojado el 4 de agosto de su sede en la calle Divino Pastor (un edificio municipal vendido a los amigos del anterior gobierno), no hemos dejado de ver críticas, insultos, mentiras y amenazas sobre el Patio y su relación con el gobierno de la ciudad. Esos ataques no son sólo hacia El Patio, son ataques al gobierno y a su forma de ver esta ciudad. Defender al Patio es defender la ciudad que queremos.

Por su parte, un nutrido gurpo de espacios autogestionados de Madrid -entre ellos El Patio- se han venido reuniendo desde hace meses con el objetivo de escribir un estatuto legal (que incluya la cesión de edificios en desuso) para dar carta de legalidad los muchos y diversos espacios sociales de esta ciudad, siguiendo modelos nacionales e internacionales de espacios fructíferos para la innovación social y cultural.
Las cesiones a organizaciones sociales son habituales en Madrid, y en todas las demás ciudades de Europa desde hace décadas: ONGs, asociaciones y entidades tienen espacios municipales cedidos o con alquileres muy bajos donde puedan desarrollar sus actividades, de beneficio e interés público; especialmente en el tiempo en el que vivimos, donde cada vez más ciudadanas han decidido hacerse cargo de sus vidas y la de sus vecinas
el Patio Maravillas no es un chiringuito, ni un bar, ni cuatro amigos. Como todos los demás espacios sociales, es un espacio vital para la vida cívica, central para la política de base en Madrid. Por él han pasado todos los movimientos sociales desde que se abrió en julio de 2007: De la PAH al arte urbano, de la economía social a la música en todos sus formatos, de los movimientos en apoyo a los migrantes hasta la defensa de la sanidad universal, además de decenas de colectivos de todo tipo que han podido encontrar en el patio una infraestructura imprescindible para todos los madrileños.
Las cientos de actividades sociales y culturales que desarrolla su comunidad han demostrado en numerosas ocasiones ser muy importantes para la ciudad y el barrio de malasaña, y son disfrutadas por miles de personas mensualmente.
No pedimos sólo un espacio para El Patio Maravillas, pedimos una política de cesiones dentro de la que se pueda ceder un espacio al Patio, porque sabemos que la tenemos derecho a  espacios públicos donde autoorganizarnos. Demostremos que Madrid no  es la ciudad de la Púnica, la Gurtel, Eurovegas o el relaxing cafe con  leche. Madrid es la ciudad de el Espacio Vecinal de Arganzuela, de El Campo de Cebada, de Montamarta, de el Patio Maravillas y de todas las decenas de iniciativas ciudadanas veteranas, recientes las que están por llegar y que harán de nuestros barrios lugares mejores.
El anterior escrito corresponde a la convocatoria del Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid.
Y la imagen que aquí veis corresponde a mi propuesta 🙂

¡Feliz semana!

CarlaRobles_patio

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